“Enseñar significa crear situaciones donde las estructuras pueden ser descubiertas”.

Jean Piaget

Todos los padres han vivido alguna vez el momento incómodo en el que ven a su hijo/a de 3 o 4 años en el parque metido en un rifirrafe, por un juguete que no quiere prestar a otro compañero de juego . Cuando el adulto ve la situación se acerca con intención de mediar, y suelta la frase tan oída de “hay que compartir”, pidiendo a su pequeño/a que preste los juguetes a los amigos. La respuesta de este suele ser negativa. El adulto insiste y acaba forzando la generosidad del niño, haciendo que la escena termine en un mar de lágrimas.

Pero, ¿por qué mi niño no presta sus juguetes? ¿acaso es un egoísta? ¿soy yo, como persona adulta, quien debe guiar en estas situaciones hacia la generosidad a mi pequeño?  La respuesta es no, tu hijo no es ningún egoísta al que no le guste compartir. El gesto de compartir requiere confianza y autoestima, actitudes que aún no se han adquirido en una infancia tan temprana, por lo que podemos decir que nuestro niño aún no está desarrollado o preparado para el acto de compartir.

Está claro que no podemos forzar que se dé una situación cuando el niño/a no está preparado para ello, sin embargo hay algo que sí está a nuestro alcance: potenciar la generosidad

Cuando los niños y niñas están preparados aprenden por observación, por eso debemos darles un ejemplo coherente y actuar evitando las contradicciones. Esto significa que, como padres y figuras referentes, no podemos obligar a nuestros/as hijos/as a compartir y, acto seguido, no permitirle que toque nuestras cosas. 

En el parque es inevitable que se dé la situación en la que dos niños/as demanden un mismo juguete. Ahora ya sabemos que forzar la generosidad de mi pequeño/a, no es el camino más acertado, porque ni soltará el juguete con amabilidad (es justamente el juguete que él ha elegido para jugar, no otro, sino ese), ni está preparado para hacerlo. Entonces, ¿qué debo hacer? Es fácil; deja que surja el conflicto. Supervisaremos desde la distancia y nos tocará intervenir solo si hay violencia. Si dejamos que el problema surja, estaremos dando la oportunidad de que se dé también la solución o la experimentación de las consecuencias, y con ello, el aprendizaje de nuestro pequeño. Como adultos, debemos acompañar con la palabra y tratar de explicar al niño el significado de compartir, las opciones que este tiene de prestar o no su juguetes y las posibles consecuencias que sus actos tendrán. 

Como ya hemos dicho, no obligar pero sí fomentar.  Buenos fomentadores de cualquier valor, siempre serán los cuentos. Algunos que pueden fomentar la generosidad y el hecho de compartir son los siguientes:

  • ¡Es mío!, Swann Meralli y Carole Crouzet. Editorial Picarona. 
  • No quiero compartir,  Marta Moreno. Editorial Penguin Kids. 
  • Lo quiero todo, Eloy Moreno. Editorial Nube de Tinta.

Podéis quedaros tranquilos/as, vuestro pequeño no es un egoísta, simplemente debemos respetar sus tiempos, sin marcarlo con imposiciones. Poco a poco alcanzará el nivel de madurez necesario para compartir.


Laura Lorente. Equipo Evolutea

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Talleres para niños

Programas prácticos realizados en pequeños grupos para que los/as más pequeños/as puedan aprender habilidades sociales, reconocimiento y gestión emocional, habilidades de juego, atención y memoria.