“Un “buen padre” es el que se involucra en la educación de su hijo”.
Silvia Álava
Es importante dejar a un lado ese afán por buscar la perfección y educar a nuestros hijxs como mejor sepamos, dando lo mejor de nosotros mismos, aprendiendo cada día e implicándonos.
Un niñx lo que necesita es sentirse querido y… ¿cuál es la mejor manera de demostrarle nuestro amor? Pasando tiempo juntos. Pero si por tu situación es difícil sacar tiempo, el que consigas, que sea de calidad.
¿Cómo queremos relacionarnos con nuestros hijos?
Podemos hablar de relaciones horizontales, donde negociemos, nos respetemos y nos tengamos en cuenta y eso no significa que tengamos que dejar que nuestros hijxs hagan lo que quieran.
En relaciones verticales, el padre o madre impone, y el niñx acata las órdenes. Y, algunas veces se tiende al autoritarismo, al “se hace esto y punto”, o al famoso “mientras vivas en esta casa, se hace lo que yo diga”.
Pues bien, está claro que no todo es blanco o negro y que una relación no va a ser siempre de un tipo o del otro; va a depender de muchos factores (edad, situación, contexto…) y en función de estos aspectos optaremos unas veces por negociar y buscar un acuerdo, otras serán los padres los que tengan más poder de decisión y en otras ocasiones, serán los hijxs los que puedan imponer su propio criterio.
Lucha de poder
¿Quién no ha tenido un momento de colapso y ha intentado por activa y por pasiva ganar la batalla con su hijx?
Educar no se trata de eso. Hay que dejar a un lado el orgullo, pues actuando así no conseguimos ni enseñamos nada.
Por ejemplo, si mi hijx me dice: “es que nunca me haces caso”, es mejor aceptar y devolver respuestas del tipo “¿en este momento notas que no te estoy haciendo caso?” y buscar un posible diálogo antes que una confrontación.
Tenemos que poner nuestro foco de atención en pensar qué habilidades queremos que desarrollen nuestros hijxs en un futuro y entonces ofrecerles un modelo.
Es normal preocuparnos por no saber cómo manejar ciertas situaciones, pues nadie nace sabiendo ni con un manual de instrucciones… ¡Ojalá!
Así que tranquilidad, educar es todo un descubrimiento y debemos permitirnos fallar sin sentirnos culpables por ello, porque del mismo modo que no existen los hijos perfectos tampoco los padres perfectos existen.
Patricia Cuevas. Equipo de Evolutea.