"El éxito no se logra solo con cualidades especiales. Es, sobre todo, un trabajo de constancia, de método y de organización".
Víctor Hugo
En Evolutea, entendemos que el proceso terapéutico es un camino en el que tanto el niño como el terapeuta juegan un papel esencial. En este viaje, la motivación es uno de los motores más poderosos para avanzar y alcanzar los objetivos deseados. Pero, ¿cómo logramos mantener elevada esa motivación tanto en el niño como en el terapeuta? Aquí te lo contamos.
La motivación del niño: Personalizando cada paso
Cada niño es único, y por eso es fundamental conocer qué lo motiva y qué le genera incomodidad. Este conocimiento es clave para que la terapia sea efectiva y disfrutable. En Evolutea, nos enfocamos en:
- Conocer sus gustos y reforzadores: Es esencial descubrir qué le gusta al niño: su juguete favorito, una actividad que lo entusiasma o una canción que lo anima. Estos elementos se integran en las sesiones para captar su interés y mantenerlo comprometido con el proceso.
- Ser sensibles a lo que lo incomoda: Algunos niños pueden experimentar incomodidades sensoriales o rigideces específicas. Identificarlas y abordarlas poco a poco, de manera gradual, permite que el niño se sienta más seguro y relajado en la terapia. Trabajar estos aspectos de forma paulatina les ayuda a afrontar sus dificultades sin generar estrés adicional.
- Desarrollar habilidades a su ritmo: Un aspecto crucial para mantener la motivación del niño es crear retos que estén a su nivel, ni demasiado exigentes ni demasiado sencillos. En Evolutea, evaluamos cuidadosamente las habilidades pre-requisito necesarias para cada objetivo, y diseñamos actividades que permitan progresar de manera constante y segura. Este enfoque progresivo asegura que cada paso sea un logro y fomente el entusiasmo por continuar.
- Celebrar cada logro: Reforzar los pequeños avances, por mínimos que parezcan, fortalece la confianza del niño y lo motiva a seguir. Cada gesto, cada nueva palabra, cada habilidad adquirida, es un motivo de celebración, y este refuerzo positivo mantiene al niño motivado a lo largo del proceso terapéutico.
La motivación del terapeuta: Alcanzar el éxito junto al niño
La motivación del terapeuta también es esencial para que el proceso sea un éxito. En Evolutea, trabajamos de forma colaborativa y estratégica para mantener altos niveles de compromiso entre nuestro equipo:
- Ver el avance del niño: Para un terapeuta, no hay mayor motivación que observar cómo el niño va desarrollando nuevas habilidades, paso a paso. Desde pequeños gestos hasta avances significativos, cada logro es un reflejo del esfuerzo compartido entre el niño, el terapeuta y la familia. Este progreso diario es el impulso que guía nuestra dedicación en cada sesión.
- Establecer objetivos claros y alcanzables: Uno de nuestros pilares es la creación de objetivos personalizados y bien definidos para cada niño. Nos enfocamos en establecer metas a corto y largo plazo, adaptadas a sus necesidades específicas. Esto estructura el proceso de enseñanza y, al mismo tiempo, ofrece una guía clara para evaluar los avances. Para el terapeuta, ver cómo los registros y evaluaciones reflejan el progreso es una poderosa fuente de motivación, ya que demuestra que su esfuerzo está impactando de forma positiva.
- Implementar programas adaptados y colaborativos: El diseño de programas personalizados es crucial para el éxito de cada intervención, por eso nos aseguramos de que cada plan esté perfectamente ajustado a las habilidades y necesidades de cada niño. Este enfoque no solo garantiza un avance seguro y eficaz, sino que también motiva al terapeuta al ver cómo el niño responde a las estrategias personalizadas, lo que impulsa la mejora continua.
- Trabajo en equipo, un enfoque que potencia los resultados: En Evolutea, creemos firmemente en el poder del trabajo en equipo. Nuestro equipo de terapeutas colabora constantemente, compartiendo logros, ideas y estrategias, y apoyándose mutuamente en cada paso del proceso. Celebramos los éxitos conjuntos, y esta sinergia no solo enriquece la experiencia de cada terapeuta, sino que también garantiza un enfoque más integral para el progreso del niño. Además, la colaboración con otros profesionales que trabajan con el niño (como terapeutas ocupacionales o logopedas) fortalece la intervención y maximiza los resultados.
- Involucrar a las familias: El trabajo en equipo no se limita solo al ámbito profesional. Colaborar con las familias es fundamental para reforzar lo que el niño aprende en terapia y extender esos logros al entorno familiar. Esta colaboración no solo beneficia al niño, sino que también motiva a los terapeutas, quienes ven el impacto de su trabajo reflejado en el entorno cotidiano del niño.
En Evolutea, la motivación es la base de cada sesión. Cuando conocemos los gustos y necesidades del niño, y combinamos esto con la pasión y compromiso del terapeuta y su equipo, creamos un espacio de aprendizaje que beneficia a todos. El éxito no es solo el progreso del niño, sino también la satisfacción de ver cómo cada paso es un logro compartido.
¡Juntos avanzamos en este camino de logros y aprendizajes!
Anabel Gispert. Equipo Evolutea