“El objetivo de la educación no es aumentar la cantidad de conocimiento, sino crear las posibilidades para que un niño invente y descubra”.
Piaget
Diferentes autores han definido la conciencia fonológica como la habilidad metalingüística que permite identificar, analizar y operar sobre los sonidos del lenguaje oral, tomando conciencia de ellos.
Supone una de las bases y requisitos imprescindibles para el aprendizaje y desarrollo de la lectura y la escritura.
Además, estudios científicos demuestran que lxs niñxs que han recibido un entrenamiento específico de conciencia fonológica tienen mejor predisposición y más éxito en tareas de lectoescritura, que aquellxs que no lo han recibido.
Podemos encontrar los siguientes niveles, iniciándose su desarrollo alrededor de los cuatro años:
- Conciencia silábica. Habilidad para descomponer las palabras en sílabas y operar con ellas. Es el nivel más simple, puesto que es más perceptible auditivamente.
- Conciencia intrasilábica. Habilidad para identificar y operar con las dos partes que forman una sílaba (el onset y la rima). Ejemplo: flan, “fl-“ sería el onset y “-an” sería la rima.
- Conciencia fonémica. Habilidad para separar y operar con las unidades mínimas del lenguaje (los fonemas).
¿Cómo podemos trabajar la conciencia fonológica?
Algo importante es saber que con los prelectores resulta más eficaz asociar el sonido a la grafía, en vez de enseñar el nombre de la letra. Ejemplo: primero enseñaremos “fffff” y, más adelante, que se llama “efe”.
Intentar apoyar las tareas con material, facilitará el aprendizaje de nuestrxs peques (bloques, piedrecitas, sellos, tarjetas, objetos reales, imágenes, juguetes, pegatinas…).
A continuación, os daremos una serie de tareas para entrenarla:
- Conteo de sílabas: iremos enseñando imágenes e iremos dando palmadas según las sílabas que tengan. Podemos hacerlo a través del bingo silábico; se irán cogiendo imágenes y según las palmadas que demos, lo colocaremos en la plantilla donde haya un punto, dos, tres o cuatro, hasta tener la plantilla completa y poder gritar ¡BINGO!
- Inversión silábica: consistirá en dar la vuelta a las sílabas de las palabras para conseguir una palabra nueva. Mostraremos imágenes en una columna y otras distintas en otra y el peque tendrá que descubrir qué palabra se consigue al invertir las sílabas de la palabra de una imagen de una columna y unirla con la imagen de la otra columna. Ejemplo: jamón-monja.
- Identificación de rimas: mostramos una imagen como modelo. Ofrecemos un velcro y muchas imágenes. El objetivo será buscar en el montón de imágenes aquellas que rimen con la imagen modelo e ir pegándolo en el velcro.
- Producción de aliteración: se trata de aislar el onset. Por ejemplo, enseñamos un plátano de juguete y damos la instrucción “encuentra el resto de objetos que empiecen por /pl/ igual que la palabra plátano” (plato, pluma, planta…).
- Identificación del fonema inicial de una palabra: preparamos un carrito de compra de juguete y alimentos. Tendrá que meter en el carrito todos los alimentos que empiecen por el fonema que le digamos.
- Comparación fonémica: enseñamos imágenes de dos en dos. La instrucción sería “piensa si estas dos palabras empiezan por el mismo sonido; en el caso de que sea cierto pondremos un gomet en el papel, en el caso de que no, no haremos nada”.
Cuanto antes detectemos a niñxs en riesgo de presentar dificultades para el aprendizaje lector, antes se podrá empezar a intervenir. ¡Recordad que la detección temprana es clave!
Patricia Cuevas. Equipo Evolutea
