"Si eres capaz de conquistarte a ti mismo, conquistarás el mundo."
Paulo Coelho
¿Cómo hacer un buen manejo de ella?
El autocontrol es la capacidad para dirigir nuestra conducta en el sentido deseado, es decir, gestionar nuestras emociones de la mejor forma posible con el fin de evitar o minimizar consecuencias negativas de nuestros actos.
Es importante tener en cuenta que el enfado invita a soltar y liberar esta emoción, así que poner en marcha actividades o juegos que permitan esta expresión es ideal, por ejemplo, gritar contra un cojín, dar golpes a un cojín, coger una toalla y darle vueltas hasta estrujarla lo máximo posible, correr, saltar…
A continuación os explicamos brevemente otras propuestas de actividades que pueden resultar de gran ayuda:
TÉCNICA DEL VOLCÁN
Consiste en imaginarse el proceso de erupción de un volcán. Se le explica que al igual que el volcán, antes de explotar, notará en el cuerpo unas sensaciones que le indicarán que está a punto de producirse ese estallido. El objetivo es anticiparse y calmar dichas sensaciones.
Se lo podemos contar a través de imágenes, a modo de historia (“había una vez un volcán llamado Volcanito…”), con un vídeo… con tal de que vaya identificando las situaciones que le alteran y las distintas formas inadecuadas de reaccionar. A partir de ahí, vemos juntos qué otras vías o alternativas hay para relajarnos o gestionar el enfado más adecuadamente.
EL BOTE DE LA CALMA
Recurrimos al bote de la calma cuando el niño esté experimentando una emoción y no sepa cómo regularla adecuadamente. Le pedimos que se siente y que lo agite con fuerza.
La purpurina se moverá de manera descontrolada al igual que las emociones que está sintiendo en ese momento. Se deberá fijar y concentrar en la purpurina y ver todos los movimientos que va haciendo por el bote, al mismo tiempo que va realizando respiraciones profundas.
Pasado un rato, la purpurina irá bajando, como sus emociones que también habrán ido disminuyendo de intensidad. El permanecer concentrado en esos movimientos ayudará al niño a que baje sus pulsaciones y se vaya tranquilizando poco a poco.
RUEDA DE LA IRA
Esta técnica nos permite reflexionar antes del enfado sobre cómo podemos calmarnos.
¿Para qué? Para que una vez enfadado podamos tener opciones para volver a la calma.
Es importante tener acordadas ya las alternativas pues en esos momentos de enfado es posible estar nublados por esa emoción y no ser capaces de pensar más allá. No sería adecuado reflexionar acerca de las diferentes opciones en ese estado emocional de ira, por tanto, nos adelantamos. Además, dichas opciones nacerán del propio niño y serán ellos quienes decidan qué opción tomar en cada momento.
TÉCNICA DE LA TORTUGA
Esta técnica utiliza la analogía de la tortuga, enseñando al niño a replegarse en un caparazón imaginario cuando no sea capaz de controlar sus impulsos y emociones.
Se enseña al niño a encogerse y esconder la cabeza entre sus brazos ante la palabra “tortuga”. A continuación, el niño debe aprender a relajar sus músculos cuando lo hace la tortuga. Puesto que la relajación es incompatible con la tensión muscular necesaria para una conducta disruptiva, disminuye la probabilidad de que esta se de.
TÉCNICA DEL SEMÁFORO
Se trata de asociar los colores del semáforo a las emociones y la conducta.
- Rojo: si estamos aquí, necesitamos calmarnos. Seremos como un detective para detectar las señales de nuestro enfado, como el sudor, las palpitaciones, las ganas de gritar…. (paro)
- Naranja: ya sabemos qué nos pasa, así que es el momento de usar los trucos para tranquilizarnos, como contar hasta 10, irnos del lugar, cambiar de actividad, respirar… (espero)
- Verde: podemos actuar porque ya estamos tranquilos y retomamos la situación de antes porque nuestro enfado ya se ha pasado (actúo)
¡Esperamos que estas propuestas os resulten muy útiles!
Patricia Cuevas. Equipo Evolutea