“Aprender a leer es encender un fuego; cada sílaba pronunciada es una chispa.”
Víctor Hugo
Es importante acompañar de una manera sana y respetuosa el proceso de lectoescritura de nuestros/as hijos/as.
Dificultades en el proceso de lectura y escritura
El problema surge cuando aceleramos ritmos. La neurociencia ha demostrado que es necesario que el cerebro haya adquirido una maduración suficiente para que el aprendizaje de la lectura se produzca de manera adecuada. Esto ocurre alrededor de los 6-7 años. Sin embargo, debemos tener en cuenta que el cerebro de cada peque se desarrolla a un ritmo diferente, por lo que es importante no forzar los aprendizajes ni obligar a realizar determinadas actividades.
Por ejemplo, es frecuente observar que en la etapa de Educación Infantil muchos niños y niñas se frustran porque se hace un excesivo hincapié en la manera de coger el lápiz. Y en estos primeros cursos la dificultad de coger el lápiz puede suponer que los más pequeños no disfruten con ninguna de las actividades que les solicitan.
En muchas ocasiones se pasa por alto los pasos previos a la escritura y la lectura. Y para llegar a ese momento, antes hay que atravesar un proceso en el que pueden aprender desde lo cotidiano y las tareas del hogar diarias otra serie de habilidades.
¿Cómo fomentar el interés por la lectura?
Para fomentar el interés por la lectura lo primero que hay que tener en cuenta es que no todos los/as niños/as tienen que leer lo mismo al mismo tiempo. Y sobre todo no hay que obligar, sino dar ejemplo.
También es importante asociar la lectura con la vida, que lean sobre temas de su interés que estén relacionados con su día a día. Es mucho más funcional que lo que lean tenga un significado para ellos en vez de leer frases sin sentido que no comprenden.
Otro aspecto importante es que la lectura esté conectada con el movimiento, porque está demostrado que los niños y las niñas aprenden mucho mejor estando en movimiento.
Si nos centramos en sus intereses, el niño irá asociando la lectura con momentos positivos y de esta forma él mismo va a elegir leer. Por ejemplo, si le gusta la cocina podemos empezar leyendo recetas. Si le gusta el deporte, puede leer alguna noticia deportiva…
Hay que dar poder de decisión a los niños y las niñas, que experimenten con las letras del alfabeto y que puedan escribir lo que quieran en cada momento.
Practicar la lectura sin odiarla
Aprender mientras nos divertimos es fundamental. Si los/as niños/as aprenden a leer desde el disfrute, querrán realizar esta actividad con más frecuencia.
Para aprender a leer es importante practicar. Sin embargo, si nos excedemos en esta tarea o no acompañamos a los/as más pequeños/as en esta actividad puede llegar a crearse una fobia a la lectura.
Por eso, terminamos proponiéndoos algunos aspectos que debemos cuidar en la enseñanza y la práctica de la lectoescritura:
- Debemos cuidar la motivación y dejar a los/as peques con ganas de más. Por tanto, no tenemos que forzar la lectura de una página más. Es preferible establecer un tiempo de práctica diaria breve o un número de páginas determinado y, al finalizar, dejar al niño o a la niña con ganas de coger el mismo libro al día siguiente.
- En caso de observar signos de fatiga, es preferible interrumpir la práctica con el material que estemos empleando en ese momento.
- Tener rincones de lectura en casa promueve que en determinados momentos cojan algún libro y sientan interés por él. Ir juntos a la biblioteca y a librerías también fomenta la motivación por leer.
- Intercalar la lectura con juegos para aprender el abecedario o palabras. Hay infinidad de juegos y materiales diferentes relacionados con las letras que les ayudarán a asociar la lectura con una actividad divertida.
Rocío Sánchez. Equipo Evolutea
