"Jugar no es un descanso del aprendizaje. Es un aprendizaje interminable, encantador, profundo, atractivo y práctico. Es la puerta al corazón del niño".
Vince Gowmon
Una de las mayores dificultades que nos podemos encontrar al trabajar con niños y niñas con Trastornos del Espectro Autista es que no tienen los mismos gustos y preferencias que aquellos/as con un desarrollo típico. Sus intereses son más restringidos y repetitivos, lo cual en muchas ocasiones da lugar a la aparición de estereotipias. Con frecuencia, su presencia preocupa tanto a familias como a educadores. Sin embargo, en lugar de considerarlas una barrera para el aprendizaje pueden llegar a ser nuestras aliadas, ya que si nos detenemos a observarlas pueden proporcionarnos información muy valiosa sobre la estimulación que nuestros/as niños y niñas están necesitando recibir en ese momento.
De todas formas, hay ocasiones en las que las estereotipias pueden estar interfiriendo en el avance de nuestros/as niños y niñas. En estos casos, la forma más adecuada de actuar no consiste en castigar ni en regañar, sino en generar conductas alternativas que resulten incompatibles con la conducta que se quiere eliminar del repertorio del niño o de la niña, siendo el aprendizaje de juegos funcionales una de las mejores maneras de hacerlo. Por tanto, en lugar de “luchar contra ellas” es más efectivo buscar con qué actividades funcionales puede obtener cada pequeño/a el tipo de estimulación que hemos observado que está buscando.
Una de las quejas más frecuentes de los familiares de niños y niñas con autismo es que no hay nada adecuado que les entretenga. De esta necesidad surgen los programas de condicionamiento encaminados a aumentar la comunidad de reforzadores de los niños y niñas con TEA. De este modo, se puede condicionar el gusto por los libros, los legos, la plastilina, colorear, etc.
Sin embargo, los juegos propios de niños y niñas de desarrollo típico (enseñados y realizados de manera adecuada) también pueden resultar de gran utilidad para estimular el desarrollo de niños y niñas con autismo. Para ello se debe partir de las habilidades de cada pequeño/a y adaptar cada juego en función de las mismas.
Es importante que los progresos de los niños y niñas se produzcan de la forma más normalizada posible, ya que esto les abrirá numerosas puertas para jugar con otros/as niños y niñas, multiplicando de este modo sus oportunidades de aprendizaje en entorno natural.
Además, los juegos proporcionan una gran cantidad de pistas acerca de cuáles son las habilidades previas que se deben entrenar con cada niño/a, ya que sin ellas la mayoría de las interacciones con su ambiente se harían muy complejas.
Finalmente, hay que tener en cuenta que cualquier momento es bueno para que los niños y las niñas aprendan jugando. Y recordad: ¡El aprendizaje experiencial es el que mejor se recuerda!
Rocío Sánchez. Equipo de Evolutea