“El hombre valiente no es el que no siente miedo, sino aquel que conquista el miedo.”
Nelson Mandela
¿Qué pensarías si te digo que imagines por un momento un payaso terrorífico con un tutú y bailando hula-hoop? ¿Te asustaría o te haría gracia?
El humor es un factor muy importante para muchos aspectos, muchos más de los que imaginamos. Por eso hoy vamos a recurrir a él para trabajar el miedo. Esta vez lo haremos de forma muy práctica con el objetivo de facilitar la explicación o la enseñanza a tus peques.
Os contaremos varios ejemplos y cómo poder abordarlo:
- “Miro al espejo y veo zombies”
Probemos con imaginarnos que el zombie está haciendo el mono (podemos incluso hacerlo nosotros también, le imitamos, hacemos su sonido característico). ¿Y ahora cómo te sientes? ¿Mejor? ¿Ha disminuido tu miedo? ¿Y si le sacamos la lengua? A lo mejor desaparece y hacemos que se vaya corriendo. ¡Probemos!
- “Me da miedo meterme en la ducha porque la cortina se mueve”
La cortina tiene dibujadas muchas hojas… ¡anda! Es como si se estuvieran cayendo de los árboles. Justo a este niño en cuestión le encanta el otoño, así que adaptándolo a él, le decimos que se imagine que es el viento y que éste es el que hace que los árboles se muevan. ¡Funciona!
- “Me imagino fantasmas que me van a comer y me asusto”
¿Y si centramos nuestra atención en añadir cosas divertidas a ese fantasma que estamos viendo? Ponle unas pestañas muuuuuuy largas y una gran sonrisa. ¿Ya da un poquito menos de miedo, verdad? Ahora, añádele también unos coloretes rojos en los mofletes y un sombrero de vaquero. ¡Está quedando genial! Y ahora… ¡uy, pero si tiene un moco en la nariz!… ¡Este fantasma es un poco guarrete! Después de hacer todo esto, pregúntale si el miedo que tenía al principio se ha rebajado. Lo más probable es que así sea.
Como ves, la imaginación es muy potente, ¡aprovechémosla! No podemos controlar que nos aparezca miedo a algo, pero sí lo que hacemos con él.
Y por supuesto no te olvides de acompañar a tus hijxs en esos momentos y validar el miedo que están sintiendo, porque, aunque te pueda llegar a parecer un miedo ridículo te aseguro que lo pasan realmente mal y es nuestra labor validar todas sus emociones.
Patricia Cuevas. Equipo Evolutea